lunes, 8 de septiembre de 2008

Mediterráneo


Mi niñez sigue jugando en esta playa, evidentemente bastante cambiada. Los espigones han conseguido que la arena le gane la partida a ese mar Mediterráneo que observaba inmutable nuestras partidas de "tacatá" en mis años mozos. El tacatá venía a ser como un voleibol de playa pero que se jugaba con pelotas tipo frontón.

La playa estaba monopolizada por clubs privados, de forma que, salvo unos pocos metros de playa "libre" el resto era para uso y disfrute de los socios. Recuerdo el Club Barceloneta, el Atlético, los baños Orientales ó la piscina del San Sebastián.

Esos eran mis veranos, un poco de playa, otro poco de cuadernos escolares de vacaciones y unas dosis suficientes de lectura especialmente de la afamada colección Historias

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