lunes, 8 de septiembre de 2008

Los domingos por la mañana

Las mañanas dominicales siempre fueron un tanto mágicas. Y unas de las primeras manifestaciones de esa magia eran las tan esperadas visitas al Mercado de Sant Antoni, donde, todos los domingos, los tenderetes mercantiles se transfiguraban para abrir las puertas a un mundo de fantasía, donde los libros, los comics (entonces llamados tebeos), los discos de vinilo y especialmente los cromos eran los principales artístas.


Cuarenta años después lo siguen siendo, aunque se apuntaron al elenco, los juegos de PC, los compact-disc y los posters de El canto del loco. Pero la esencia sigue siendo la misma: La ilusión.

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