lunes, 1 de febrero de 2010

Toma el dinero y corre


Probablemente vivamos en la sociedad que nos merecemos. Se bien que estoy generalizando y que hay rebeldes con causa que no comulgan con esta sociedad mercantilista donde todo se compra y se vende y donde todos, dicen, tenemos un precio. Esta es una sociedad politeísta que rinde pleitesía al dios consumo, al dios Índice de audiencia y al dios de las rebajas, entre otros del mismo jaez. ¿Dónde quedaron los libros? Posiblemente empeñados en el monte de Piedad bajo montañas de estrés e Internet ¿Dónde se quedó el diálogo pausado y apacible? Aquel que se regía por reglas de educación tales como el saber escuchar y respetar las intervenciones del contertulio. Desaparecieron como desaparecen los glaciares, porque nos lo estamos buscando, a base de payasos imprecándose unos a otros sin pudor alguno mientras giran repetitivamente en norias televisivas, circo de los circos, coliseo del mal gusto, templo de la ordinariez, solo apto para mentes gastadas por falta de uso.

Ciertamente, hay una España con más profundidades y en ella estriba la única esperanza que tiene este país para sobrevivir. Hemos llegado a un punto donde la supervivencia no es un hecho natural sino el resultado de una actitud positiva. Y una sociedad adocenada hasta los tuétanos como ésta es incapaz de escapar a un destino cierto. Luego, los mismos que se automutilan las neuronas frente al televisor viendo como se arman todos los Belenes posibles, exigirán responsabilidades a los mismos gobiernos que consienten estos programas donde personajes que nunca hicieron nada y que ni siquiera tienen vergüenzas las exhiben a precio de celebridad. Y la plebe con la baba caída ante el televisor… Y el gobierno a restringir pensiones futuras.

Mienten como bellacos cuando dicen que no hay dinero. Deberían decir mejor, no hay dinero para ustedes, para los que trabajan, para los que conservan como oro en paño las neuronas y las defienden de las tropelías informativas, ¿o debiera decir desinformativas?, para los que pretenden tener una opinión propia y salvaguardarla de los intereses políticos de quienes quieren conservar la poltrona y de quienes ven que no llegan y se les pasa el arroz. Para la gente de orden, la gente solidaria, la gente comprometida, la gente ONG, la gente honrada que cuando tiene deudas le duelen. Para ustedes nada. Para grandes hermanos, pequeñas primas, o esposas infieles vendiendo cuernos a gogo, para toda esa fauna de una selva que empieza en los Pirineos, para ellos si. Y por supuestísimo para todos los políticos que consienten eso, también. Para los corruptos también, naturally. Para los ediles, ¡como no! Sueldos a medio millón, más gastos de representación.

Y por mucho pico de oro que ande suelto, que nones, que haberlo lo había. ¿No será que entre todos lo mangonearon y el solito se acabó?.

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