lunes, 26 de octubre de 2009

Y no estaba muerto, estaba de parranda....

Es inevitable que mis raíces se extiendan a lo largo de la costa mediterránea como algas que buscan agarrarse a esos fondos azules y profundos. Y aunque estoy enamorado de esta Almería que me acoge y me trata lo mismo que a un hijo, a veces mis sensibilidades se impactan con esos aires que traspasando Ebros, naranjales y huertas llegan hasta aquí.

Hoy el aire tenía sabor a Peret y a rumba catalana, aunque según cuentan, curiosamente, parece que lo del muerto vivo tiene sus orígenes en esa Cuba tan nuestra y tan querida.


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