jueves, 12 de noviembre de 2009

Sin huevos no hay paraíso



Me gusta el fútbol y tengo mis colores. Recuerdo que de pequeñito mi padre me llevó a algún partido en el Campo de Las Corts y desde entonces pues que quieren que les diga...

Temps era temps que dijo Serrat, temps de Basora, Cesar, Kubala, Moreno y Manchón.

Hoy vibro, sufro, salto y últimamente tengo muchas ocasiones de descorchar en la intimidad,  junto a mi esposa y mis hijos,  una botella de cava puesta, por si acaso, un rato antes en el congelador.

Pero eso si, del máximo rival que pierda hasta en los entrenamientos, pero siempre respetando a aquellos quienes, igual que yo, aman sus colores, aunque sean distintos a los míos. Por ello, me precio de llevarme fenomenal con muchísimos madridistas y tener entre ellos grandes amigos.

Sin embargo no me gustan las prepotencias ni de don Florentino ni de muchísimos medios de comunicación, incluyendo cadenas televisivas que ya tenían repartidas hasta la Bota de Oro antes de comenzar la liga.

El Alcorcón ha hecho historia por muchas razones, pero sobre todo porque ha demostrado con una autoridad impresionante (4-1) que no hay enemigo pequeño y que "sin huevos no hay paraíso".

A partir de ahora, cuando a un periodísta o a un directivo se les dispare el madridismo más prepotente seguro que les recetan, por su salud un medicamento nuevo absolutamente eficaz: El Alcorcón.

Una nueva pareja Sancho-Quijote  futura podrían platicar cosas como ésta:




Ay, Sancho buen amigo

Ya buscan reposo mis cansados huesos

Ya me pide Panza, mi panza buen queso

y mi cuerpo enjuto solicita abrigo

Y cuentan las crónicas de añejas hazañas

que un heróico pueblo de estos andurriales

llegando a Madrid descompuso España

y patas arriba puso los reales

Vamos Sancho allí, ensilla el jumento

verás que es de veras y que no te miento

En medio la plaza hay un monumento

que recuerda el día de tamaña gesta

donde todo fueron, rosas, risa y vino

Y a poco, saliendo, en medio el camino

se erige la efigie de un tal Florentino

La leyenda cuenta a quien se detiene

que no siempre ganan quienes todo tienen

ni quienes presumen de mil y un millón

Que nunca se olvide, en Madrid conviene

a aquel pueblo, Sancho, humilde y modesto

sin tanta alharaca, los pies en el tiesto

Ya llegamos, Sancho. Allí está Alcorcón,



1 comentario:

ANRO dijo...

ja,ja,ja, me has provocado la penúltima carcajada de la tarde (no sabemos cual será la última, ni de quien)
¡Cuánta sabiduría tiene el quijotismo!.......Chacho, no se me hubiera ocurrido algo tan cojonudo ni que viniera tan al pelo!
Yo siento simpatía por equipos como el Atltico de Madrid, porque nunca me gustó el oficialismo del Real Madrid. El BarÇa me entusiasma y cuando sale al campo "La Roja" me desgañito y siempre estoy al borde del infarto.
Estoy en completísimo acuerdo contigo "Sin huevos no hay paraiso que valga" y el Alcorcón los tuvo bien puestos.
Un abrazote.